Hace más de treinta años, los distribuidores de motocicletas, cansados de experimentar cómo dejaban de vender sus vehículos cuando llegaba el mal tiempo, solicitaron a los fabricantes que creasen un producto capaz de circular en condiciones climáticas adversas. Aunque las primeras ideas se basaban en el concepto de motocicleta por su fácil manejabilidad y poco peso, estos proyectos se descartaron ya que las dos ruedas nunca representarían seguridad ante terrenos de baja adherencia. Fue por este motivo, por el que comenzaron a pensar en vehículos de tres, cuatro y hasta seis ruedas.
Se trataba por tanto de unir en un mismo concepto la manejabilidad de una motocicleta y la estabilidad de los vehículos de más de dos ruedas. Así, fue como en 1970 nacieron los triciclos motorizados, popularmente conocidos como Trike. Este tipo de vehículos se popularizaron de tal forma que en pocos años se habían extendido de forma masiva en Estados Unidos. Sin embargo, fue precisamente esta masificación la causa de la desaparición de los ‘trikes’. El elevado número de accidentes, bien por exceso de velocidad o bien por la inexperiencia de sus conductores, llevó a la Asociación de Consumidores Norteamericana a presentar una serie de informes ante el Gobierno estadounidense confirmando la peligrosidad del vehículo. Este hecho, obligó a los fabricantes a alcanzar un acuerdo para que se dejaran de fabricar los Trikes en 1988.
A pesar de que los Trikers murieron a finales de los años 1980, su ‘almas’ se reencarnaron en otro tipo de vehículos. Fue ahí cuando surgieron los ATV/Quads, principalmente en zonas agrícolas. Estos vehículos mantenían por tanto la filosofía de las motocicletas (ligeros y manejables) al mismo tiempo que eran válidos en cualquier terreno y ante las condiciones climatológicas más duras. Inicialmente, los ATV fueron utilizados en labores de ayuda del trabajo diario, para pasar unos años después a convertirse también en vehículos destinados al ocio y a la competición.
Su aparición estuvo ligada inicialmente al mercado norteamericano y japonés. En la actualidad, en Estados Unidos circulan alrededor de siete millones de vehículos [cita requerida]. En España, el mercado ha multiplicado sus ventas en los últimos cinco años, llegando a comercializar cerca de 8000 unidades en 2002 [cita requerida], la mayoría de ellos destinados al ocio y al uso deportivo. Fue entonces, cuando se empezó a diferenciar el uso agrícola y recreacional (ATV) del más próximo a la competición (Quad).
Hoy en día es muy común ver en cualquier lugar de España un ATV e incluso disfrutar de él. Así, numerosas empresas organizan rutas o excursiones en ATV por cualquier rincón de España. También los lugares más visitados de las costas españolas se han convertido en verdaderos promotores de estos vehículos con la aparición de numerosas empresas de alquiler. Un buen ejemplo de la funcionalidad de estos vehículos es la Policía municipal de diferentes localidades almerienses y valencianas, como Gandía, que ha escogido los ATV para facilitar a los agentes la vigilancia de las playas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario